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25 julio 2018

El puente de la Horadada

Por lo general, cuando se rectifican trazados y se eliminan curvas, estas pasan a quedarse como pequeños tramos abandonados. En ocasiones tienen la suerte de mantener cierto uso como acceso a fincas, en otros casos se abandonan hasta ser engullidos por la vegetación, y de forma cada vez más habitual se destruye la calzada y se arroja una capa de tierra encima para propiciar la restitución paisajística del entorno. En otras ocasiones, las menos, el tramo se reutiliza como área de descanso, dejándolo tal cual quedó o cortando su continuidad con lo que se tercie, como en este caso.

Estamos en la actual N-629, de Colindres (S) a Cereceda (BU), que fue una pequeña carretera local que posiblemente unió Arceniega (BI) con la N-232 poco después de Oña (localidad que visitamos hace unos meses). Digo posiblemente por que me ha sido imposible confirmar esta hipótesis. La cartografía antigua recogía las denominaciones de carreteras nacionales y comarcales, no así las locales dado el gran número de ellas.

El primer obstáculo que se encuentra esta N-629 desde su nacimiento en la N-232 es La Horadada, una pequeña sierra en cuyo cañón tallado por el Ebro se encaja la carretera. Es en este punto donde nos centraremos en este reportaje. Como podemos ver en la primera fotografía, compartida en su momento en Facebook por  Gonzalo Fernández Avezuela, el paso sobre el río se realizaba por un antiguo puente construido entre 1860 y 1862. Discurre totalmente perpendicular al cauce del río, solución profusamente utilizada hace décadas, cuando en la época de la tracción animal, lo importante no eran las velocidades medias a desarrollar en la vía, si no la economía de materiales y la menor complejidad en la construcción. Aún así, ahí vemos como el viejo puente tiene los días contados, al menos como vía principal, ya que a pocos metros se había instalado ya uno de los tableros del viaducto que vendría a sustituirlo. La fecha de la fotografía es de los años 90.


En los vuelos aéreos del Instituto Geográfico Nacional podemos ver el antes y el después de este puente, así era en los de 1980-1986, con el puente viejo en solitario:


Y con su sustituto en pie, en los vuelos entre 1998 y 2003:


Pero vayamos a fechas más recientes, concretamente a las fotografías realizadas en otoño de 2017 y verano de 2018. Si llegamos a esta zona desde el enlace con la N-232, vemos como la carretera se encara hacia el viejo puente, hasta que la variante de trazado hace un giro a la izquierda para evitarlo.


Nosotros nos adentraremos por el camino original.




Llegamos ya al puente, y si miramos atrás, vemos la recta que hemos recorrido hasta llegar aquí, hoy desafectada del tráfico.


Una vez en el puente y girando la vista 90 grados, vemos en primer lugar los muretes de contención y al fondo el viaducto moderno que ahora absorbe el tráfico. 




¿Y si queremos seguir circulando a la vieja usanza, por el puente viejo?


Complicada tarea, uno de los hitos retirados al reformar la carretera, quien sabe si el que se ubicó en este mismo punto, ha sido depositado en medio de la calzada. 


Difícil adivinar la información que proporcionó el hito, aunque bajo la errónea pintura roja vuelve a resurgir el amarillo que debió llevar como carretera local, un posible punto kilométrico 3 y en su cajetín, casi con total seguridad, la clave BU-531.



Dejamos atrás el hito y cruzamos el Ebro a pie, para dar con la carretera actual...


...desde la cual tampoco se podría acceder aquí aún no habiendo hito.



Los muros de protección de una y otra carretera...


...en dos épocas diferentes.


Y presidiendo el entorno del puente y sus avatares, una imponente peña que ha sido testigo de la evolución de este paso de la Horadada.


Podéis hallar completa información respecto a la historia del puente en este blog que localicé explorando en la red.

07 julio 2018

Las cuestas de Contreras

Traslado a este blog el álbum dedicado en su momento en la página Carreteras Radiales de Facebook a las ya famosas Cuestas de Contreras, y que se han convertido con el paso del tiempo en una especie de lugar de peregrinación para los aficionados a las carreteras con solera. No es de extrañar, dada la antigüedad del entorno, cuyo trazado, asfalto o señalización quedó prácticamente paralizado en el tiempo desde que un 22 de diciembre de 1969 se inaugurase el nuevo trazado por lo alto de la presa. Así lo describí en su momento:

"El tramo abandonado de las inmediaciones del Embalse de Contreras, en el límite provincial entre las provincias de Cuenca y Madrid, merece un álbum aparte del propio dedicado a la N-III. Es una sensación inenarrable recorrer la parte valenciana (especialmente) de dicho tramo, gracias a la conjunción de varios factores como son el trazado muy anterior a programas CNFE o Redia, los peraltes de sus múltiples curvas, la señalización antigua, el asfalto descarnado y una soledad que hace que uno pueda retrotraerse en el tiempo hasta esos años en los que esta hoy estrecha y tortuosa carretera era la vía principal para alcanzar el mediterráneo desde la capital de la piel de toro. Sirva este álbum como mera aproximación para el aficionado a las carreteras antiguas, ya que si algo merece la pena es recorrer este tramo y sumergirse en la sensación de haberse trasladado décadas atrás. Personalmente, era mucho el tiempo que el modesto autor de esta página llevaba esperando conocerlo, y la realidad ha superado ampliamente las expectativas, ya que quizá se trate del tramo abandonado más original y mejor conservado del país. Ojalá algún día las instituciones reconozcan a las Cuestas de Contreras como patrimonio e historia digna de conservar y proteger."

Las siguientes fotografías fueron realizadas en septiembre de 2016, en una visita que pasó de ser prevista como una mera toma de contacto a toda una experiencia de casi dos horas y cientos de metros recorridos incluso a pie para tomar fotografías. No obstante, el tramo merece una segunda visita de igual o mayor duración, ya que se quedaron múltiples cosas por ver y documentar. Comenzamos pues con el viaje, los túneles de Contreras nos reciben por la N-III actual, vía de acceso al tramo abandonado que vamos a visitar.


La presa de Contreras, cuyas obras duraron desde 1950 hasta 1974, embalsa las aguas del río Cabriel y soporta en su cota de coronación la actual N-III, construida en el marco del Plan Redia.



Aguas abajo del embalse, el antiguo puente sobre el Cabriel y una parte de las Cuestas de Contreras.



Dejamos atrás la presa para dirigirnos al inicio del tramo desde el extremo situado en la provincia de Cuenca y que está señalizado como acceso al Parque Natural de las Hoces del Cabriel. Estamos a 235 kilómetros de la Puerta del Sol madrileña.


Una de las primeras curvas, con el viaducto de la actual A-3 al fondo.


Abajo la Redia, por encima suyo serpentea el tramo antiguo.



Desde la lejanía, el hotel y restaurante abandonado que hemos visto anteriormente en el km. 235.


Nos podemos ir haciendo una idea de la dureza del trazado para los vehículos de hace más de medio siglo...


Al otro lado del Cabriel, la parte valenciana del trazado.


Abajo, el bello puente construido entre 1845 y 1851 por el ingeniero Lucio del Valle.




Venta de Contreras, hoy centro de turismo rural.




Atrás queda Cuenca...


...entramos en Valencia...


...como nos hace saber esta vieja señal de 1964.


Placa conmemorativa de la inauguración del puente, bajo el reinado de Isabel II.



Un pequeño "stop" para coger aire, que si lo recorrido hasta ahora nos ha gustado, lo que nos queda por ver no tiene desperdicio.



Asfalto...


...señales...



...hitos kilométricos tipo Peña...


...muros de refuerzo...


...vallas de contención de la Instrucción de Carreteras de 1939...


...curvas y peraltes...


...es un tramo alucinante.


Detalle de un poste de las vallas de contención, que desgraciadamente han visto desaparecer la malla metálica.


Las piedras de gran tamaño que "sustituyen" a la malla metálica pueden servir para proteger al conductor, pero afean el conjunto.






Precaución...


Nuestra ruta por Contreras es de ida y vuelta. A partir de esta fotografía el sentido es el contrario al llevado hasta ahora, en adelante circulamos desde la parte valenciana hacia la presa de Contreras, punto de origen del reportaje.


Más hitos...


...y construcciones abandonadas.


Estos postes aún mantienen la pintura de color rojo que caracteriza a las carreteras nacionales.



Curva y contracurva...








Por desgracia no se aprecia totalmente en la fotografía el acusado peralte de esta curva.









De vuelta nos detenemos en el poblado de Contreras, construido para los trabajadores del salto de agua.



Este bar difícilmente volverá a la actividad hostelera, es el triste precio a pagar por la mejora de las carreteras. 



Dejamos atrás definitivamente el antiguo trazado, con la satisfacción de haberlo conocido, y con el deseo de que se conserve inalterado muchos años más.


De vuelta a la N-III actual, la carretera tipo Redia discurre sobre la moderna A-3, mientras el escudo del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos preside orgulloso el cruce de caminos entre lo moderno y lo antiguo.



Aquí podeís visitar el álbum de Facebook de este reportaje.

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Actualización Abril 2020: Recientemente, gracias a la visita de compañeros de afición al lugar, he podido conocer con notable desagrado que la ya famosa señal indicadora de "Cuestas de Contreras" ha desaparecido del lugar en el que estaba desde los años 60. Semanas antes alguien se llevó el cajetín de N-III, ahora ha caído la señal completa. Ojalá fuese porque ha sido retirada por Conservación de Carreteras o por los guardas forestales del parque natural, y su destino sea un lugar como el museo de carreteras de Teruel, pero fráncamente, dudo mucho de esto. Seguramente, este haya sido el enésimo caso de expolio sufrido por algún elemento antiguo de carretera, expolio que ahora niega de manera egoísta a todos los aficionados a las carreteras históricas el hecho de poder fotografiar la señal o también, fotografiar su vehículo clásico junto a la señal, actividad en notable aumento hasta la fecha. Como el que aquí escribe no llegó a fotografiar la señal, dejo en este lugar la siguiente fotografía, cedida por Alberto Benítez, para que al menos disfrutemos de forma virtual lo que alguien disfruta en vacía y mísera soledad.