Pues sí, afortunadamente hay segunda parte. En el reportaje de mayo (primera parte) no estaba muy claro que las obras de la autovía A-23 posibilitasen acceder y visitar el antiguo trazado del puerto, que quedó en desuso en los años 80 con la apertura gradual de la variante que desde Nueno hasta Lanave facilitó enormemente el paso por el Monrepós, sinuoso y complicado en tiempo invernal.
A día de hoy las obras siguen su camino y de hecho, el lunes 2 de julio, pocos días antes de la visita relatada en este reportaje, se abrió al tráfico un pequeño tramo de 4,5 kilómetros al sur de Lanave que elimina las famosas curvas enlazadas, atestadas de tráfico tal y como pudimos comprobar en la visita anterior y abandonadas desde ahora. Es realmente llamativo ver totalmente vacía una vía de tres carriles que hace apenas un año soportaba un tráfico infernal, y que ahora correrá la misma suerte que el tortuoso trazado original.
Como de la historia de esta carretera ya se trató en la entrada anterior, dejaremos que sean las imágenes las que hablen por si solas. Para todos los que nos gustan las carreteras abandonadas, es harto conocido el "santuario" de las Cuestas de Contreras en la antigua N-III, pero para el que aquí escribe, Monrepós y todo su trazado antiguo no le anda en absoluto a la zaga.
En esta ocasión hicimos la visita de norte a sur, de Sabináñigo a Huesca, pero debido a los cortes de la carretera original por las sucesivas reformas y por la construcción de la autovía en la actualidad, hay varios tramos sin continuidad en los que hay que volver al punto de origen y retomar la N-330 actual para acceder a ellos. Intentaré que quede lo más claro posible a lo largo del post. Comenzamos desde las inmediaciones del río Guarga, en el tramo entre Lanave y el despoblado de Escusaguas, epicentro de las obras.
En esta ocasión hicimos la visita de norte a sur, de Sabináñigo a Huesca, pero debido a los cortes de la carretera original por las sucesivas reformas y por la construcción de la autovía en la actualidad, hay varios tramos sin continuidad en los que hay que volver al punto de origen y retomar la N-330 actual para acceder a ellos. Intentaré que quede lo más claro posible a lo largo del post. Comenzamos desde las inmediaciones del río Guarga, en el tramo entre Lanave y el despoblado de Escusaguas, epicentro de las obras.
LANAVE - ESCUSAGUAS
Fuente: Instituto Geográfico Nacional
En el mapa del IGN no aparece, pero poco más al sur de Lanave se ha construido una gran rotonda que enlaza la nueva A-23 con la local A-1604 y la N-330, carretera que tomaremos hasta las curvas enlazadas y ahora desafectadas de tráfico. En rojo vemos el trazado actual de la N-330, la que ha sido transformada en A-23, y en amarillo el trazado primitivo por el que nos vamos a adentrar. En la imagen por satélite de Google vemos como ya están presentes las obras de la autovía y la rotonda recién aludida.
Fuente: Google Maps
Comenzamos la visita una vez pasado el cruce con la A-1604.
Imagen fantasmagórica de la carretera abandonada recientemente, a partir de aquí comienza el ascenso por el trazado original.
La primera de las múltiples curvas que encontraremos en el recorrido.
Vallas de hormigón con historia y anécdotas vividas, de mismo diseño que las que conocimos en la vertiente sur.
El primer hito kilométrico de varios que veremos, y que refleja la clave original con la que se nombró a esta carretera del puerto de Monrepós, comarcal 136.
Valla y murete de protección.
A lo largo de nuestro recorrido aparece alguna obra de fábrica como este muro de contención.
No pueden faltar los malecones de hormigón, tan típicos hace décadas en todas las carreteras de montaña o que discurren junto a precipicios.
Al fondo los Pirineos...
El paisaje se torna más espectacular según vamos ascendiendo. En la siguiente fotografía vemos ceñido a la ladera el viejo trazado por el cual hemos llegado hasta este punto.
Las curvas se siguen sucediendo y llegamos al kilómetro 38.
Como si de un catálogo de elementos de carretera fuese, ahora entran en juego los guardarruedas, que nos guían a lo largo de la curva.
A lo lejos, la futura A-23...
El kilómetro 37...
Más malecones...
En alguno el paso de los años y la falta de mantenimiento ha hecho mella.
Otro muro de contención...
Y llegamos a uno de los puntos más impresionantes del puerto...
Un espectacular cortado realizado en la roca para permitir el paso de la carretera.
No pude dejar pasar la oportunidad de subir a "ver las vistas" con la debida precaución, hay que tener en cuenta que en caso de accidente estamos lejos de cualquier lugar de paso.
Impresionante.
Poco más adelante del kilómetro 36, llegamos al despoblado de Escusaguas, rodeado hoy por movimientos de tierras y maquinaria.
Fuente: Google Maps
Siendo como es este el centro neurálgico de la obra, temía que se hubiese arrasado con el pueblo y con rarezas como sus señales de tráfico de hormigón. Afortunadamente no ha sido así, como podemos ver en las siguientes fotografías.
Contraste entre la vieja iglesia de Escusaguas y el moderno viaducto de la autovía.
Las ruinas del viejo pueblo resisten aún, veremos hasta cuando.
ALTO DE MONREPÓS - ESCUSAGUAS - ALTO DE MONREPÓS
Dejamos atrás Escusaguas pero a partir de aquí no podemos continuar por el trazado original. Estas vallas prohíben el paso por la carretera antigua, que ha sido ensanchada y asfaltada recientemente a causa de las obras. Debemos tomar la carretera de Serué, que en dirección este nos devuelve a la actual N-330. Una vez ahí, continuamos en sentido sur y antes de llegar al alto, volvemos a internarnos en la carretera antigua para recorrerla en sentido norte, opuesto al realizado hasta este momento, ya que desde el otro lado es imposible acceder por las obras. El punto de acceso está junto al cajetín de E-7 situado en el alto del puerto:
Fuente: Google Maps
Una vez internados en el tramo antiguo, nos recibe una hilera de postes de contención sin su malla y el hito kilométrico número 32.
Las vistas desde la carretera a los Pirineos son inigualables. Al fondo vemos nuevamente Escusaguas, ahora desde la distancia.
Encontramos algo de señalización metálica, como estas señales que ya cumplieron su vida útil...
...o paneles direccionales.
También una hermosa curva con postes, muchos postes.
Llegamos al kilómetro 33 y damos media vuelta, de camino al enlace con la actual N-330, la única forma de continuar en sentido a Huesca. Recordad que este tramo abandonado está cortado a la altura de Escusaguas.
N-330, VERTIENTE SUR (II)
De nuevo en la N-330 actual, cerca del alto se produjo un desprendimiento por culpa de las intensas lluvias de este pasado invierno. La carretera estuvo cortada una semana, del 13 al 20 de abril, durante la cual se construyó un tramo de unos 300 metros en tiempo récord. No ha sido el único corte de calzada acaecido a lo largo de los años en este puerto, dando lugar en alguno de los casos a desviar el tráfico por la carretera vieja durante varios meses, como ocurrió en 1997.
Volvemos ahora a la vertiente sur de Monrepós, ya documentada en la anterior entrada desde Nueno hasta el viaducto sobre el río Flumen. Hemos terminado la visita a la vertiente norte del puerto de Monrepós, y nos quedan aún ganas de recorrer algo más, así que daremos un nuevo paseo por la vertiente sur y ahondaremos algo más en ella, como por ejemplo el tramo que continúa desde dicho viaducto en sentido norte. Comenzamos desde Arguís, lugar de tranquilidad excepcional a orillas del embalse de mismo nombre.
El entorno es ideal para realizar deportes acuáticos, rutas de montaña o pasar unos días de relax, no es de extrañar que la guía turística Firestone de Pirineo Occidental describiese a la hospedería como lugar de "refugio y descanso", dada la calma reinante en la zona. Dicha hospedería, construida a mediados del siglo pasado y cerrada desde 2007, pertenece hoy al Gobierno de Aragón y espera comprador, tras varios intentos de reflote y subastas desiertas, una pena.
La antigua N-330 pasaba por delante del edificio y discurría durante unos metros en paralelo a la presa. Parte de lo que queda de su trazado sirve hoy de aparcamiento.
El embalse tiene historia, y es uno de los más antiguos de España. Finalizadas las obras de construcción en 1704, vio aumentada su capacidad con el recrecimiento de 1929.
Imagen del dique con la hospedería al fondo.
Aguas abajo, la carretera atraviesa el congosto del río Isuela, camino a la capital oscense.
Volvemos hacia Arguís para comenzar la ascensión al puerto, esta vez desde el sur y por lugares ya conocidos, como el túnel de Manzanera. Poco antes del túnel, a lado izquierdo permanece el muro de contención del terraplén en el que se debió de ubicar hace mucho tiempo la casilla de peones camineros adscrita a este tramo de carretera y hoy desaparecida.
Atravesamos el túnel...
Y cruzamos el majestuoso viaducto.
De aquí en adelante, punto en el que nos detuvimos en la primera parte del reportaje, está prohibida la circulación a todo tipo de vehículos. La carretera va por el mismo precipicio creado con el desmonte realizado para la construcción de la calzada dirección Huesca de la autovía A-23, y existe riesgo de desprendimiento al paso de vehículos de cierto peso. De hecho, en algunos puntos la vieja carretera se estrecha como consecuencia de los mordiscos realizados a la misma, por lo que aquí tocó aparcar el coche y realizar el tramo a pie.
La dificil orografía y climatología de la zona provoca numerosos desprendimientos, alguno de calado como el ocurrido en abril cerca del alto, otros de menor entidad como el que vemos aquí, y que se "salvó" pintando de blanco los salientes de la roca para mejorar su visibilidad.
Esta vez sin desprendimientos, pero misma solución.
Diferentes capas de firme y al fondo la grava.
Llama poderosamente la atención encontrar este hito kilométrico moderno, fechado en 2014, en este lugar, cortado y abandonado.
Este tramo termina aquí al encontrarse nuevamente con las obras. De vuelta al coche, los postes, el viaducto y el túnel contemplan a su moderna sustituta.
Como epílogo, el enésimo hito kilométrico, que reúne las características del hito "bipolar" que vimos en la anterior entrada. Grabada en piedra figura la clave C-136, y pintado posteriormente con pintura roja, N-330, como correspondió a su cambio de denominación y calificación.
Aquí finaliza este reportaje de una de las carreteras abandonadas más espectaculares que he podido recorrer hasta la fecha por motivos como su trazado, elementos singulares de carretera o entorno natural. Ojalá se mantenga así en el tiempo, o si recibe alguna reforma, que al menos mantenga las características que la hacen única.
Todo mi agradecimiento a Jose Luis por acompañarme en este viaje, y por aguantar mis múltiples peticiones de que detuviese su voluntarioso Jimny para hacer numerosas fotografías. Os recomiendo encarecidamente su blog y canal de YouTube, no os defraudará.
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Nota del autor: Tanto este reportaje como el primero relativo al Monrepós han sido revisados para corregir la estructuración, que en sus anteriores versiones podía provocar que el lector se perdiese dada la dificultad de recorrer el puerto de forma lineal. Hoy en día, a abril de 2020, y dada la finalización de las obras de construcción de la autovía A-23 a su paso por este lugar, ha vuelto a haber cambios en trazados y accesos, sobretodo en la zona de Escusaguas, por lo que parte de la información aquí relatada ha quedado obsoleta. No obstante, y en atención a preservar la originalidad de la visita realizada en 2018 y su traslación a este blog, he preferido mantenerme en cómo estaba Monrepós por entonces y dejar la evolución hasta su estado final para una futura visita.