Al igual que con el álbum dedicado a las Cuestas de Contreras, traslado esta vez al blog el reportaje fotográfico realizado a los puentes sobre el río Almonte, en la carretera radial N-V de Madrid a Portugal por Badajoz, y que fue publicado en mi página de Facebook, "Carreteras Radiales", o "Carreteras Abandonadas" como se rebautizó después.
Nos encontramos en torno al actual kilómetro 229 de la N-V, en el punto en que esta se cruza con el río Almonte y en el que la historia caminera ha dejado su legado en forma de tres puentes diferentes, cada uno de ellos signo de la época que le ha tocado vivir. Si los analizamos desde el más moderno al más antiguo, el dueño y señor del entorno es el gran viaducto de la actual autovía A-5, levantado a mediados de la década de los 90 y que dejaría boquiabiertos a los constructores de los otros dos puentes.
El siguiente protagonista fue construido al amparo del Plan de Modernización de 1950, programa que realizó una fuerte inversión en este lugar con la rectificación de varios kilómetros de carretera antes y después del puente, como veremos en breve. Por último, el más antiguo, el que ha visto pisar sobre sus piedras a miles de viajeros, el Puente del Cardenal y que va a ser en el cual centremos el reportaje. No confundir este con el otro Puente del Cardenal, habitualmente sumergido por las aguas del embalse de Alcántara, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe.
Nos encontramos en torno al actual kilómetro 229 de la N-V, en el punto en que esta se cruza con el río Almonte y en el que la historia caminera ha dejado su legado en forma de tres puentes diferentes, cada uno de ellos signo de la época que le ha tocado vivir. Si los analizamos desde el más moderno al más antiguo, el dueño y señor del entorno es el gran viaducto de la actual autovía A-5, levantado a mediados de la década de los 90 y que dejaría boquiabiertos a los constructores de los otros dos puentes.
El siguiente protagonista fue construido al amparo del Plan de Modernización de 1950, programa que realizó una fuerte inversión en este lugar con la rectificación de varios kilómetros de carretera antes y después del puente, como veremos en breve. Por último, el más antiguo, el que ha visto pisar sobre sus piedras a miles de viajeros, el Puente del Cardenal y que va a ser en el cual centremos el reportaje. No confundir este con el otro Puente del Cardenal, habitualmente sumergido por las aguas del embalse de Alcántara, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe.
Fuente: Google Maps.
Así estaba este lugar a mediados de la década de los 40. Para acceder al puente era necesario recorrer varias horquillas en zigzag, circunstancia cada vez más contrapuesta al aumento del tráfico rodado y su velocidad media.
Fuente: Instituto Geográfico Nacional.
Así había sido modificado un largo tramo de la N-V una década más tarde. Las obras resultantes del Plan de Modernización de los años 50 mejoraron notablemente el viejo trazado, sustituyendo o eliminando un gran número de curvas, y ante todo, creando el nuevo paso sobre el río Almonte, un hermoso puente de anchura y porte propio para la época.
Fuente: Instituto Geográfico Nacional.
Al norte del puente primitivo la reforma fue casi total.
Fuente: Instituto Geográfico Nacional.
Hoy las curvas del viejo trazado han quedado sumamente desdibujadas, como vemos en la imagen satélite y que conoceremos más de cerca en las fotografías in situ. Han pasado casi 70 años desde entonces y la naturaleza ha ido recuperando su lugar.
Fuente: Google Maps.
Para el lector que quiera ahondar en la información técnica e histórica respecto a estos puentes u otras infraestructuras de carretera le recomiendo encarecidamente el blog "Las carreteras de Extremadura" (enlace al post sobre los puentes del río Almonte), didáctica recopilación sobre las vías de tan extenso y bello territorio. En lo que a mí respecta, recorrí y documenté este lugar lo mejor que pude, invirtiendo para ello una buena cantidad de tiempo así como magulladuras varias para acceder a las zonas abandonadas de la carretera original. Las fotografías fueron realizadas en 2017 y en dos veces, la mayoría de ellas en primavera y una pequeña cantidad en otoño. Comenzamos el viaje, a la llegada a la zona desde el norte nos recibe un panel informativo que nos relata la historia de este lugar.
PRIMAVERA DE 2017
Tras el panel, aparece ante nuestros ojos la primera imagen de los tres puentes, nos acercamos al más antiguo de ellos.
Estos posibles guardarruedas reciclados impiden hoy el acceso al tráfico rodado, el viejo puente merece un descanso tras siglos de trabajo.
A mitad del puente, un pequeño templete con un par de hornacinas vacías.
Un poco más adelante y en el pretil contrario, tres blasones de origen desconocido para mí.
Esta rampa situada frente a los blasones nos permite bajar fácilmente a los vanos del puente.
Vida tranquila y relajada cerca del río. Estamos en plena primavera y el verdor de la dehesa extremeña inunda este lugar.
Desde aquí podemos observar el puente resultante de las mejoras introducidas por el Plan de Modernización de 1950, una infraestructura que solventaba las grandes carencias de su antecesor.
El extremo sur del puente del Cardenal también está cortado al tráfico rodado. Desde aquí se puede adivinar vagamente por donde discurría el camino primitivo en su lado norte, que conoceremos en breve.
Una vez cruzado el puente, ascendemos por este pequeño tramo abandonado hasta retomar la actual N-V.
Media vuelta y volvemos al punto de partida, para ello cruzamos el puente de la N-V y conocemos más de cerca las mejoras que aportó.
Quizá lo más destacable fue esa ganancia en anchura que permitió el cruce simultáneo de dos vehículos, algo impensable hasta entonces.
Casí dos décadas más tarde y en el marco del Plan Redia, se añadiría un carril para vehículos lentos en sentido Madrid.
Comenzamos el ascenso al tramo abandonado, tomando una pequeña senda que parte de la N-V.
De cerca o de lejos, el puente primitivo no tiene nada que envidiar en encanto a sus sucesores.
Vista de los dos puentes y el único coche que pasó por allí durante la visita.
A nivel personal, comentar que fue una tarea complicada acceder a la plataforma del tramo abandonado dada la cantidad de vegetación existente y la altura de los muros, que obligó a iniciarse en el mundo de la escalada. Pese a todo, el esfuerzo mereció la pena.
Una vez arriba, apenas se ve asfalto, tras décadas de abandono la vegetación se ha adueñado de lo quedaba de la carretera.
Aún así, el asfalto parece resistirse a desaparecer.
Quién podría adivinar hoy que por aquí pasó una carretera de carácter radial, el tipo de vía más relevante de la época...
Los viejos muros que antes sostenían la carretera desfallecen con el paso de los años.
Con cuidado de no despeñarse, bajamos para observar esta vieja carretera desde otra perspectiva. Aún quedan algunos de los antiguos malecones de protección...
...así como muros de refuerzo...
...y contrafuertes.
Vuelta al coche y continuamos por la N-V en sentido Badajoz, al otro lado del río podemos disfrutar de una bella vista de los tres puentes. Sin duda, un lugar con mucha historia y singularidad que por fin tengo la ocasión de conocer.
OTOÑO DE 2017
Nos transportamos en el tiempo al principio del otoño, la vuelta del viaje de vacaciones propicia pasar por aquí y el hecho de desviarse de la A-5 y recorrer de nuevo esta vieja N-V entre Jaraicejo y Almaraz se torna ineludible. Los tres puentes lucen orgullosos bajo la tranquila luz de un atardecer de finales de septiembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario