El hecho de venir a conocer las Cuestas de Ragudo fue quizá la parte accesoria de un viaje realizado por casi la totalidad de la antigua N-234, que si bien contaba con la exploración del antiguo puerto como uno de los objetivos, hallaba el principal aliciente en redescubrir esta carretera, tantas veces recorrida de niño en los viajes vacacionales a la costa mediterránea. Han pasado ya cerca de 20 años y en este intervalo han sido varios los viajes realizados por la actual A-23, vía alternativa de alta capacidad, pero no fue hasta marzo de 2019 cuando me decidí a recorrer completamente esa nacional N-234 que tantas veces había conocido desde las plazas traseras del Peugeot 309 de mis padres. Este recorrido por la N-234 se enmarcó en un viaje que también hizo parada en el museo de carreteras de Teruel, museo que ya describimos en su momento por aquí y que posibilitó conocer más detalles respecto a la historia de esta vieja vía.
La carretera nacional N-234 nace a orillas del Mediterráneo en Sagunto y finaliza en Burgos, la conocida "Cabeza de Castilla". Entre ambos puntos transcurre por paisajes tan variopintos como los suaves montes del interior de Valencia y Castellón, los páramos y planicies turolenses o los bosques y altos sorianos. Fruto de esa variedad lo es también la carretera, que hoy tiene como alternativa rápida a la Autovía Mudéjar/A-23 entre Sagunto y Daroca en lo que al corredor compartido con la 234 respecta, pero cuyo trazado original permanece prácticamente inalterado y se puede recorrer en su totalidad. Además conserva la nomenclatura N-234, excepto en el tramo que hoy traemos a este blog y que es el de las Cuestas del Ragudo, rebautizado como CV-2391/2392 aunque en el lugar no haya nada que lo atestigüe. Lo que sí da fe de la nomenclatura de la vía son varios hitos kilométricos tipo Peña supervivientes y en un estado de conservación razonable. Los encontramos en la larga recta que viene desde la población de Barracas, última localidad antes de internarnos en las viejas cuestas.
Como en otras ocasiones, vamos a poner este área en su contexto histórico. Hasta inicios de los 80, los conductores que transitaban por la N-234 debían afrontar las múltiples curvas y pendientes del viejo trazado. La única mejora realizada hasta entonces había sido la modificación de las curvas del alto en torno a la década de los 60 pero que seguían constituyendo un paso dificultoso. Por entonces se construyó una variante al este del puerto y que mediante un trazado infinitamente más suave y con tan solo cinco únicas curvas de amplio radio evitó el tortuoso paso por el viejo trazado de Ragudo, que quedaba abandonado al no servir de acceso prácticamente a ninguna parte. Años más tarde la nueva carretera pasó a ser la calzada en sentido Zaragoza de la Autovía Mudéjar, obras de transformación de las cuales se acuerda un servidor, y que hacían de los viajes algo exasperante dada la longitud de la carretera a duplicar y los años que fueron necesarios para llevarlas a cabo. Veamos todo esto desde el aire gracias a las fotografías aéreas del Instituto Geográfico Nacional.
Vuelos 1956-1957, el trazado en su estado original:
Las curvas del alto con mayor detalle:
Vuelos 1973-1986, se ha rectificado parte del trazado, ampliando el radio de alguna curva y evitando su paso por el extremo del barranco, como veremos posteriormente:
Las mejoras afectaron al tramo que concentraba el mayor número de curvas:
Vemos cómo se amplia el radio de la primera horquilla a izquierdas y se elimina la "chicane" siguiente desviando el trazado por la izquierda de las posibles ruinas de la torre de Ragudo, considerando siempre el sentido de circulación de oeste a este.
Vuelos 1980-1986/1998-2003, el trazado antiguo no ha visto nuevas variaciones y ya se ha ejecutado la variante del puerto. Se elige la fotografía más actual (1998-2003) debido a que está en color:
Dicha variante es a día de hoy parte de la autovía Mudéjar y el viejo trazado sirve como acceso al parque eólico de Alto Palancia, como vemos en esta imagen actual:
Por último, la zona de curvas qué, entre otras, veremos con detalle a continuación:
Mapa del lugar, aquí sí viene recogida la actual clave de carretera del viejo puerto.
Nos ponemos ya en marcha, en sentido Sagunto. Una vez pasado Barracas y su travesía, antaño plagada de negocios a pie de carretera, llegamos al enlace de acceso a la A-23, enlace que dejamos a lado izquierdo a la vez que tomamos la carretera que nos indica la señal de Ragudo. Recorremos unos 3 kilómetros en línea recta, cada uno con su hito Peña correspondiente, como hemos visto al inicio del reportaje.
La recta se termina y sin darnos cuenta estamos en el punto más alto. No hay señal moderna ni antigua que lo indique, solo esas dos columnas de piedra y que por ese motivo o no, están en la cota más elevada de este puerto.
Desde aquí vemos en la lejanía los restos de la supuesta torre íbera de Ragudo, más adelante la conoceremos mejor.
Llegamos a la primera de las curvas, una horquilla cerrada a izquierda que fue suavizada mediante una curva de mayor radio en la reforma realizada al conjunto de curvas del alto. En la siguiente fotografía vemos restos del viejo trazado a la izquierda y su sustituto a la derecha.
El último hito que veremos en plenas cuestas pertenece al kilómetro 56 desde el origen de la carretera en Sagunto. No volverán a aparecer hasta varios kilómetros más adelante.
El trazado viejo ya es casi intransitable.
Recorremos la curva modificada y tomamos la siguiente recta.
Nos detenemos a mitad de recta, entre la horquilla y las ruinas de la torre. Según termina la barrera de protección situada a lado derecho, aparece la "chicane" sustituida y comentada anteriormente, consistente en un trazado de curvas enlazadas que discurren a pie del barranco.
Vamos a adentrarnos por él.
Este tramo rectificado, construido en terraplén, ya no dispone de los sistemas de contención que a buen seguro debió tener en su momento. Aún se aprecian los huecos de los anclajes de dichos sistemas en el murete delimitador de calzada.
Buenas vistas desde este lugar, la carretera actual serpentea bajo nuestros pies.
Al final de esta recta tomaríamos una fuerte horquilla hacia la derecha...
...de no ser por este desprendimiento, que ha cortado la salida del tramo abandonado.
Media vuelta...
...volvemos al tramo sustitutivo, encajado mediante trinchera.
Hacemos una parada para visitar la torre de Ragudo. En estado de ruina pese a su notable antigüedad y su identificación como Bien de Interés Cultural, la histórica torre se va desmoronando poco a poco hasta encontrarse a día de hoy prácticamente reducida a escombros. Levantada en época íbera, tal y como atestiguan los estudios arqueológicos realizados en el basamento, fue recrecida en época musulmana, en la cual se utilizó como torre de vigilancia para los cercanos castillos de Xerica y Segorbe.
Esta es la información recabada respecto a estas ruinas durante la fase de documentación, no obstante, debo poner en barbecho dichas aseveraciones, pues remitiendo al lector a los comentarios, parece que hay controversias respecto a la ubicación de la torre. Agradezco a lectores y seguidores los comentarios y puntualizaciones que contribuyen a enriquecer y completar la información, más aún cuando se hacen con educación y respeto.
Desde las ruinas tenemos una buena vista del alto con sus aerogeneradores y de la variante de trazado realizada, que abandonó los peligros del tramo anterior con sus curvas y cercanía al barranco.
Dejamos las ruinas y volvemos a la carretera. La siguiente curva fue suavizada gracias a la ampliación de su radio, eliminando la cerrada horquilla del tramo abandonado y que se encuentra cortada por el desprendimiento que hemos visto antes.
Varias capas de firme...
Y el terraplén levantado para sustentar la vieja carretera.
Antes de continuar, nos fijamos en un detalle de "modernidad" que encontraremos en varios puntos durante los siguientes kilómetros. Se trata de una barrera de protección de primerísima generación, consistente en una única banda de contención, a diferencia de las de tipo doble que podemos encontrar hoy por hoy en las carreteras modernas. Aquí solo quedan varios postes y escasos restos de la barrera.
Sigamos.
Continúan siendo numerosas las curvas en sentido Sagunto, en las cuales hallamos más tramos de esa primitiva barrera de protección.
Si miramos en sentido opuesto, a lo lejos queda el emplazamiento de las ruinas y los terraplenes que sostienen este viejo tramo de N-234.
Prácticas de tiro contra esta señal de final de prohibición de velocidad máxima.
Las barreras de protección que hemos visto recientemente no son las primeras, guardarruedas y muretes de contención forman parte de la historia de la carreteras y caminos desde hace muchas décadas. Los ejemplos que encontramos en Ragudo se encuentran en ocasiones pintados con indicación de la dirección de la curva en la que se hallan.
Más elementos de contención, las modernas y vulgarmente conocidas como "biondas". No estaría de más, en este trazado de curvas y seguramente frecuentado por aficionados a las dos ruedas, algún tipo de protección en los postes. Al menos parece que se recurre a la forma redondeada, menos lesiva que el perfil habitual.
Comparativa entre barreras de protección.
Aunque hemos descendido en altitud y las curvas son algo más suaves, aún mantienen un buen peralte.
Comienza a aparecer a lo lejos la variante de la N-234, posteriormente transformada en A-23.
El sol se va ocultando, la pintura orientativa de dirección nos echará un cable a partir de ahora.
También aparece su versión moderna, el conocido panel direccional.
Rectas de mayor longitud, vamos aproximándonos al final del tramo.
Estamos en un lugar mágico, la luz del atardecer de un día de temprana primavera hace de la tarde de exploración algo sumamente especial. La sensación de recorrer estos viejos trazados, en soledad, con la única compañía de la cámara, un mapa de carreteras antiguo y preferentemente un coche de época es embriagadora.
No solo existe historia caminera en este lugar, que en este país es tan abundante como poco valorada, también encontramos paneles informativos respecto a las fortificaciones del frente de Viver, levantadas a santo de la guerra civil española.
Viver, Benafer y Caudiel en la lejanía.
Última horquilla antes de terminar el trazado del viejo puerto.
Con señal de curvas peligrosas y aviso por posibilidad de hielo al estar ubicada en zona umbría.
Basura "carretera".
Nos acercamos al enlace con las CV-209/CV-211, aunque aquí muere el viejo puerto, la N-234 y sus tramos sustituidos aún nos deparan alguna sorpresa.
Si tomamos las indicaciones hacia Viver recorreremos el antiguo trazado de la carretera nacional, renombrada como CV-211 desde este enlace hasta la incorporación con la actual N-234 y la autovía A-23. Antaño discurría recto, más allá de la rotonda y como si siguiésemos la indicación de "camino". Tras esto describía una curva a derechas y se cruzaba la vía del ferrocarril mediante paso a nivel. Lo vemos mediante las imágenes aéreas del Instituto Geográfico Nacional. En primer lugar la imagen correspondiente a los vuelos 1998-2003, recientes en tiempo pero suficientemente representativos al haber permanecido este lugar invariado hasta la fecha.
Ojo al vuelo PNOA 2005, en él vemos movimientos de importancia. El paso a nivel va camino de ser eliminado con la sustitución de ese tramo por otro de nueva construcción y cruce con el ferrocarril mediante paso elevado, a la vez que la N-234 está en plenas tareas de duplicación de calzada.
Estado actual, el paso a nivel se encuentra ya cortado con barreras fijas y la autovía A-23 ha sido terminada y puesta en uso.
Mapa de situación actual.
Continuemos ahora por la CV-209 hacia la N-234, a su paso por la Masada del Sordo.
Ajadas señales que aún mantienen el cajetín identificativo.
Cambio de asfalto al llegar a la Masada del Sordo.
La antigua señalización se mimetiza con la vejez del asfalto.
Tras la ausencia casi total de señales en el puerto, estamos de suerte por aquí. Aparece hasta un hermoso hito miriamétrico tipo Manuel Pardo.
Además de el último de los hitos Peña.
Tras este ceda nos incorporamos a la N-234 actual y termina el repaso al viejo trazado de las Cuestas de Ragudo.
Al igual que Fraga o Contreras, es este de Ragudo otro de esos largos tramos abandonados, antaño pertenecientes a carreteras nacionales de importancia y que han quedado en el mayor de los olvidos. Siempre diré que tenemos una asignatura pendiente con la caminería en España, y mientras eso no se corrija, seguiré molestándome en documentar todo lo que pueda y que al menos quede en papel o soporte digital. Molestia qué, por otra parte, no es molestia sino todo lo contrario cuando se hace por afición y da lugar a viajes tan enriquecedores y gratamente recordados como este.
Las antiguas cuestas del Ragudo fueron empleadas intermitentemente para desviar el sentido Valencia del tronco de la A-23 mientras se ejecutaban las obras de duplicación
ResponderEliminarLo desconocía, gracias por el apunte.
EliminarGran reportaje!
ResponderEliminarAnotado para recorrerlo en persona ;)
Muchas gracias!! No lo dudes, merece mucho la pena...
EliminarMuy interesante documento. Tuve la oportunidad entre los años 91 y 95 de recorrer muchas veces esa carretera....las vistas siempre me gustaron desde ese puerto del Ragudo.
ResponderEliminarGracias Juan Andrés, me alegro de que te haya gustado el reportaje. Es cierto que tiene buenas vistas, afortunadamente el hecho de que hoy prácticamente no pase nadie posibilita parar y echar un rato apreciandolas.
EliminarYo recuerdo pasar de pequeño con mis padres y los camiones articulados tenían que hacer maniobra en las curvas
ResponderEliminarNo me extraña! Jejeje. La verdad es que las curvas del alto se las traen, y ya si coincide otro vehículo de frente...
EliminarHola. Dos apreciaciones, lo que llamas la torre ibera -y dices que después recrecida en época musulmana- de Ragudo, es la Masía de Garramanchel. El monte y los escombros de la antigua torre musulmana que le da nombre al monte -monte de La Torre-, es una de las alturas que quedan a la derecha, justo antes de comenzar el descenso de las cuestas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que llamas la Masada del Sordo es la zona de la venta de Sainera o el barrio de Sainera, la Masada del Sordo queda a la derecha después de bajar la última cuesta, cómo a medio kilómetro.
Gracias por el reportaje.
Un ragudero 😉
Buenas noches Ragudofree, en primer lugar agradecerte tanto el comentario positivo respecto al reportaje como las apreciaciones, ya que estas contribuyen a enriquecer y completar la información recogida en él. No obstante, hay alguna cosa que no coincide entre lo que me comentas y lo que he recabado durante la fase de documentación. Vaya por delante que nadie conoce un lugar más que el que es oriundo de allí, y que en internet a veces hay mas mentiras o medias verdades que verdades contrastadas. En cuanto a la torre íbera del Ragudo, son varias las webs que incluso con fotografías ubican dicha torre en ese lugar, junto a la horquilla del paraje de "La Revuelta". La misma web de Turismo de Castellón lo hace. Es cierto que en el mapa del Instituto Geográfico Nacional el paraje de "Torre del Ragudo" aparece en la zona que comentas, si bien tampoco precisa la ubicación de la torre, ni ahí ni tampoco en La Revuelta. En cuanto a la Masada del Sordo, por si acaso he vuelto a comprobar la ubicación, tanto en Google Maps (susceptible de error), como en el mapa anteriormente mencionado del Instituto Geográfico Nacional, el cual establece la Masada del Sordo junto a la carretera CV-211 y que fue anteriormente parte de la N-234. Es por eso, y por la presencia de elementos relacionados con la carretera por lo que la Masada del Sordo aparece en el reportaje. Efectivamente, el barrio o venta de Sainera está en un lugar próximo, pero no a pie de carretera. Reiterando mi agradecimiento por las apreciaciones, saludos!
EliminarHola Javier. Te puedes quedar, independientemente de lo que digan las webs que en el tema de toponimia suelen fallar, oficiales y extraoficiales, con tres certezas: 1.los restos del interiior de la horquilla al comienzo del descenso por las cuestas son la Masía de Garramanchel; 2. la torre musulmana estaba ubicada donde te he comentado y existe hasta constancia fotográfica; y por último, 3. en lo que coincidimos, en la ubicación de la venta de Sainera, unos cientos de metros antes de descender a la Masada del Sordo.
ResponderEliminarEn cuanto a la torre ibera de Ragudo su ubicación parece que no está definida ni para los que allí vivimos, ni para arqueólogos o historiadores, hemos visto hablar en las redes sociales pero a ciencia cierta no parece clara su ubicación, a día de hoy, aunque hay varias especulaciones, sin descartar incluso que pudiese coincidir con Garramanchel, pero sin certeza.
Un cordial saludo.
Buenas tardes Ragudofree, agradezco nuevamente las puntualizaciones. Es curioso el tema de la ubicación de la torre íbera, porque además son varios los sitios web que dan por sentado que allí se halla su ubicación. No obstante, ahondaré en este asunto así como en dicha Masía de Garramanchel, cuya existencia desconocía. Sí añadiré, y en este caso te voy a pedir que si dispones de información al respecto te agradecería que me la ampliaras, que hace años leí algo respecto a una especie de "refugio" para conductores en lo alto del puerto, concretamente en las ruinas del interior de la horquilla. No sé hasta que punto esto es verídico o no.
EliminarSaludos.
De este tema del refugio de camioneros no recuerdo nada la verdad, si me entero de algo te lo haré saber Javier. Buen día
ResponderEliminarPerfecto, gracias y un saludo.
EliminarLo que sí había justo al culminar el puerto, a la derecha, era una casilla de camineros (camineros, no camioneros).
ResponderEliminarMuchas gracias por el apunte, Ragudofree, eres un gran conocedor de la zona. Saludos.
EliminarRecuerdo mis viajes a París,hera el primer puerto con nieve,al qué le teníamos mucho respeto 1960.
EliminarRecuerdo haber pasado por el Ragudo en los los años 70 en viajes a Sarrión desde Valencia. Recuerdo haber visto camiones volcados en los peraltes de las revueltas. Del mismo modo que recuerdo la leyenda de la chica de la curva, que se aparecía a los camioneros las noches lluviosas en las Cuestas del Ragudo. Hoy en día es una gozada recorrer la antigua carretera por su tranquilidad y disfrutar de la fauna aparecida tras el abandono de la carretera. Había una cruz en lo alto del puerto, que ha sido arrancada, en homenaje a algún viajero, peregrino o caminante. No lo recuerdo bien.
ResponderEliminarCoincido totalmente contigo, recuerdo la visita a Ragudo como una experiencia placentera, gracias a la tranquilidad y belleza del lugar. Lástima que desapareciese la cruz, hubiese estado bien haber podido leer y documentar la inscripción. Gracias por tu comentario y un saludo.
EliminarGracias
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