Centrémonos ahora en la carretera N-122 en toda su extensión. En los dos reportajes anteriores hemos tratado sobre pueblos de Colonización al pie de la misma, e incluso nos hemos adentrado en conocer peculiaridades sobre ese tipo de pueblos, lejanos en este caso a la N-122 o a nuestra temática habitual, por lo que ahora nos zambulliremos en el análisis de la vía, quizá de una forma más turística.
La N-122, definida en el Plan de Caminos de 1940 como carretera nacional de Zaragoza a Portugal por Zamora, nace realmente como carretera independiente en el enlace con las A-127 y N-232 en las inmediaciones de Gallur, a unos 50 kilómetros de la capital del Ebro. El infernal tráfico desde Zaragoza hasta que se desgaja de la N-232 es compartido con esta, tráfico agravado por las obras que duplicarán la calzada de la N-232. Lo curioso de esto es que a 50 metros discurre una AP-68 que previsiblemente será liberalizada en breve, es decir, movimientos de tierra, ocupación de suelo y mucho dinero público para terminar siendo una autovía paralela a otra autovía.
En su momento, y según el Plan de Caminos, la extensión de la N-122 comprendía 464,27 kms., de los cuáles una parte está siendo transformada en la Autovía del Duero. Así como es importante la construcción de una vía de alta capacidad contínua en este eje transversal, más acuciante es la transformación del tramo entre Zamora y la frontera con Portugal, donde se crea un auténtico cuello de botella para el tráfico pesado que al entrar en España deja la autovía y se ve obligado a circular por una carretera convencional en la que buena parte de los pueblos ni siquiera dispone de variante. Imposible no acordarse del dinero enterrado en la N-232 que comentábamos antes, y que tan bien vendría aquí.
El itinerario de la N-122 se articuló en base a la "fusión" de varias carreteras ya existentes, siendo en este caso las siguientes:
- Gallur a Ágreda
- Taracena a Francia
- Valladolid a Soria y enlace de esta con la de Taracena a Francia
- Tordesillas a Zamora
- Zamora a Portugal
Dicho esto, comencemos este viaje por la N-122, en un reportaje a medio camino entre lo carretero y lo turístico en el que el lector descubrirá una interesante ruta para conocer pueblos y ciudades con mucho atractivo. Dejamos el tramo compartido con la N-232 en las cercanías de Gallur, donde la situación actual es la siguiente:
Fuente: Instituto Geográfico Nacional
El nudo principal de comunicaciones que vemos a la izquierda y de tamaño superior corresponde a la autopista AP-68, el pequeño, situado a su derecha es el que enlaza las carreteras N-232, A-127 y N-122, la cual vemos partir de ahí en dirección oeste. Comenzamos la ruta atravesando el Campo de Borja por una carretera nacional ancha y de buen firme. Magallón queda a mano derecha, bordeamos la localidad por una variante que evita el paso del tráfico por su núcleo úrbano. No ocurre así en su vecina Borja, donde la carretera discurre por una travesía de trazado complicado. Allí haremos la primera parada de una ruta turística diferente.
BORJA
Borja saltó a la fama en 2012 de la forma más inesperada. De ser un tranquilo pueblo vitivinícola a orillas del Huecha a estar en las televisiones de todo el mundo por la dudosa restauración de su Ecce Homo y que podemos ver en la siguiente fotografía.
La N-122 en dirección a Tarazona nos encamina al puerto de Lanzas Agudas, de 681 metros de altitud y en el que existen varios tramos abandonados aunque sin mayor interés ni elementos de antigüedad debido a su uso hasta fechas más o menos recientes.
Continuamos y llegamos al enlace con la Z-372, si aquí nos desviásemos en dirección a Vera de Moncayo pasaríamos por el cruce de carreteras que pudimos ver en la afamada película de Paco Martínez Soria, "¡Vaya par de gemelos!", analizada recientemente en Despoblados y Abandonados, y en el que permanece aún la señalización original de la escena.
TARAZONA
Conocida por las películas de los años 60 y 70, Tarazona es hoy una localidad de 10500 habitantes a ambos lados del río Queiles. Su rica historia se remonta a época celtibera como Turiasu, posteriormente romanizada y próspera como Turiaso y visigoda tras la caída de Roma, ya como Tirasona. En la actualidad da nombre a la comarca de Tarazona y el Moncayo, siendo capital de la misma. El Moncayo, visible desde muchos kilómetros a la redonda, preside la silueta del lugar con sus notables 2314 metros de altura.
La Casa Consistorial y la escultura del Cipotegato, personaje principal de las fiestas en honor de San Atilano y cuya salida da inicio a los festejos.
Merecedora de visita es la plaza de toros vieja, que data de 1792 y que es muy popular entre los amantes de los vehículos clásicos por las numerosas concentraciones de vehículos antiguos realizada en el lugar.
ÁGREDA
De nuevo en carretera, dejamos el reino de Aragón y entramos en el de Castilla. De Tarazona saltamos a Ágreda, dónde poco antes de la localidad la N-122 se bifurca y se transforma en autovía A-15 durante unos pocos kilómetros. Si la evitamos y tomamos la nacional que se dirige a la villa, nos encontraremos una serie de tramos rectificados. El más curioso es el de las siguientes fotografías, en el que un tramo en terraplén sustituyó dos curvas de ajustado radio. Es de destacar también la existencia en las cercanías de la línea ferroviaria Soria-Castejón, en estado de abandono pero que deja numerosas infraestructuras en el lugar.
La soriana Ágreda merece un paseo reposado por sus calles, plagadas de historia y cultura, fruto del paso de varias civilizaciones por aquí, y con claro poso árabe, judío y cristiano. El torreón de La Muela se erige imponente sobre el barrio árabe, desafiante al invierno soriano.
El árco árabe, del siglo X.
La antigua travesía de la N-122 aún mantiene cartelería turística, así como antiguos negocios creados para dar servicio al conductor.
Dejamos Ágreda atrás y nos internamos brevemente en las Tierras Altas sorianas, atravesando el Puerto del Madero.
PUERTO DEL MADERO
El Puerto del Madero asciende hasta unos notables 1162 metros de altitud que afortunadamente son más llevaderos gracias a la rectificación del trazado original.
Parte del viejo trazado es ahora un área de descanso en la que encontramos esta vieja fuente, que tiene grabadas las distancias en sus extremos.
A Pamplona...
Y a Soria.
Tal y como reza la inscripción, nos separan unos 35 kilómetros de nuestro siguiente destino. El trazado es rápido hasta la capital soriana pese al constante parcheo del firme durante un buen número de kilómetros. La travesía de la ciudad es compartida con otras carreteras como la N-234 de Sagunto a Burgos, de la cual encontramos señalización.
SORIA
"Soria Ya", reclaman los sorianos, y cuanta razón llevan. La capital de la provincia homónima, la segunda más pequeña del país, se queja y con razón de las diversas carencias que sufren, entre otras y respecto a lo que este blog atañe, a su red de carreteras. Y es que al igual que Teruel, compañera de reivindicaciones, no ha sido hasta hace pocos años cuando ha visto sumar una vía de alta capacidad a su red, concretamente la A-15, sustitutiva de la N-111 y que une a Soria con la A-2 en Medinaceli.
Con algo menos de 40 000 habitantes, Soria es hoy una ciudad cómoda y tranquila y sus habitantes reciben el nombre de sorianos o numantinos en honor a la famosa batalla de la ciudad de Numancia contra la invasión romana. Sus 1063 metros de altitud se hacen notar y mantienen las temperaturas a raya incluso en verano, como he podido comprobar en varias ocasiones.
Soria aúna en todo su territorio patrimonio románico y naturaleza a partes iguales. En la ciudad, los márgenes del Duero son un agradable lugar por el que pasear y disfrutar del cambio de color de las hojas en otoño. Además de esto, también están presentes infraestructuras perfectamente mimetizadas con el entorno como el puente de piedra, que dio paso en su momento a nuestra 122. Hoy sigue abierto al tráfico rodado, con regulación semafórica dada su estrechez.
La ermita de San Saturio es otro lugar mágico a la vera del Duero.
Si nos vamos un poquito al sur y cambiamos momentáneamente nuestra N-122 por la N-111, podremos disfrutar de una preciosa vista de los puentes sobre el río Golmayo, el primero de ellos puente de carretera, el segundo y más elevado, puente del ferrocarril Torralba-Soria.
No podemos dejar Soria sin visitar el mirador de los Cuatro Vientos y observar desde allí el casco urbano, el castillo y el Duero, además de la escultura en honor a Antonio Machado.
Dejamos la ciudad y continuamos en dirección oeste por nuestra N-122.
La cercana localidad de Carbonera aún mantiene vestigios de cuando la carretera nacional atravesaba su casco urbano.
Nos incorporamos nuevamente a la N-122 y seguimos tranquilamente atravesando pueblos de gran altitud como Villaciervos, que también dan lugar al puerto. A pocos kilómetros hay desvío obligado, nos espera una villa medieval con mucho que ofrecer.
CALATAÑAZOR
"En la Calatañazor perdió Almanzor el tambor" dice el refrán, atestiguando la derrota del general árabe a manos de los ejércitos cristianos. Sea verdad o leyenda, lo que es indiscutible es que la histórica Calatañazor es hoy una localidad turística que recibe cada año a cientos de visitantes deseosos de recorrer sus empinadas calles y su casco medieval.
Vistas desde la torre del homenaje del castillo de Calatañazor.
ALTO DE EL TEMEROSO
Nuevamente en carretera, de camino a El Burgo de Osma atravesaremos el Alto de el Temeroso, donde existe alguna curva rectificada transformada en área de descanso y donde además se siente ya con fuerza la presencia de las obras de transformación de este tramo en la autovía del Duero.
Precaución a lo largo de varios kilómetros, la presencia de maquinaria de obra y desvíos provisionales es constante.
En algunas zonas es necesario "saltar" de un lado a otro de la autovía.
EL BURGO DE OSMA
Llegados a El Burgo de Osma, la parada es obligatoria. Municipio único junto a Ciudad de Osma, forman entre ambos un conjunto histórico de lo más interesante. El núcleo principal de población corresponde a El Burgo de Osma, mientras que al otro lado del río Úcero encontramos la Ciudad de Osma. Entre las dos atesoran un rico patrimonio histórico. Su pasado se remonta hasta la ciudad arevaca de Uxama, posteriormente conquistada por Roma en el año 99 a.C. y de la cual existen varios restos excavados. A la llegada a El Burgo de Osma vemos uno de los conocidos silos de cereal y que actualmente permanecen abandonados en númerosos pueblos de España.
El puente sobre el río Úcero conecta El Burgo de Osma y Ciudad de Osma a la vez que sigue prestando servicio a la N-122.
Aguas abajo encontramos otro pequeño puente, en el entorno de la catedral.
Avancemos ahora en paralelo al Úcero durante unos pocos cientos de metros..
CASTILLO DE OSMA
Aparcamos junto a la iglesia de Santa Cristina y nos ponemos calzado cómodo, el castillo nos espera.
Existe constancia de la existencia del castillo desde el año 910, como elemento de defensa frente a los ejércitos califales. Tras varios avatares históricos y cambios de manos, el castillo es abandonado en torno al siglo XIV, siendo expoliada parte de su cantería para la catedral de Burgo de Osma, que a su vez se le había sustraído anteriormente a la ciudad romana.
Notables pendientes para acceder al castillo, buena elección para fines defensivos.
El interior del castillo ya es historia, pero sus gruesos muros aún dejan entrever la fortaleza de sus defensas. No obstante, se podría decir que esta imágenes, tomadas en primavera de 2014, ya son cosa del pasado. Al documentarme para las notas históricas del castillo leo en prensa que se ha finalizado recientemente su restauración.
A nuestros pies, Ciudad de Osma.
Las vistas desde aquí merecen la pena. A nuestra izquierda la atalaya de Uxama, próximo destino.
ATALAYA Y CIUDAD DE UXAMA
Como si de un ave se tratase, "volamos" al cerro que se muestra frente al castillo.
Además de la atalaya encontramos aquí la ciudad celtíbero-romana de Uxama Argaela, con parte de su trama urbana al descubierto y alguna que otra prospección salteada por toda esta planicie.
Los muros que un día sostuvieron el foro, aún en pie.
Descendemos del cerro y retomamos la N-122 para ponernos nuevamente en carretera. Atravesamos San Esteban de Gormaz, a su entrada otro silo.
Símbolo soriano por antonomasia, el caballo íbero, reproducción de una fíbula hallada en Numancia.
La línea Valladolid-Ariza discurre a nuestro lado mientras surcamos la 122, igual de abandonada que la Soria-Castejón que vimos en las inmediaciones de Ágreda pero manteniendo elementos como esta señalización de paso a nivel sin guarda.
Estamos cerca de Aranda de Duero, pero antes nos esperan La Vid y Guma, de los cuales hablamos recientemente en este blog:
Aranda de Duero es lugar de paso de la conocida N-I, carretera de tipo radial de Madrid a Francia por Irún, y de la cual aún queda algún vestigio:
PEÑAFIEL
Cualquiera que haya llegado a Peñafiel por la N-122 recordará la imponente figura de su castillo en lo alto de la localidad. Dicho castillo destaca por su forma de barco, y dada su espectacularidad ha sido objeto de campañas publicitarias como esta de Renault, fechada a principios de los 70. Al publicar este reportaje afirmaba de forma errónea que este castillo pertenece a Bodegas Protos, lo cual no es así y agradezco a los dos lectores que han arrojado luz en este asunto. Dicho castillo es un monumento público que pertenece al Ayuntamiento de Peñafiel, está cedido por un plazo de 50 años a la Diputación de Valladolid y alberga el Museo del Vino.
Llegamos a Valladolid, ciudad que se conoce de manera amplia como capital de la comunidad de Castilla y León pero que es una afirmación errónea, ya que está comunidad no tiene una capital declarada como tal y si un reparto de diferentes sedes oficiales entre varias de sus ciudades. Desde aquí la N-122 se fusiona con la N-620, carretera de Burgos a Portugal por Salamanca, hasta llegar a Tordesillas, donde vuelve a tomar su propio camino. A medio camino nos encontraremos de frente con un edificio singular.
SIMANCAS
Si en Peñafiel destaca su castillo, el de Simancas también reclama su protagonismo. Dicho castillo acoge el Archivo General de Simancas, el primero de la Corona de Castilla, fundado en 1540 y merecedor de visita, tanto por sus espectaculares salas de biblioteca como por el edificio en sí, del cual desgraciadamente no podremos ver mucho de su interior.
TORDESILLAS
Tordesillas, polémica villa, histórica también, en la cual Juana la Loca fue recluída en palacio (hoy desaparecido) por su padre primero y su hijo después, en base a una supuesta enfermedad mental. Además de su historia medieval tiene un interesante nexo con la carretera, hablamos del puente sobre el Duero, antiguo paso de la N-VI, que se cruza con nuestra N-122 en esta localidad. Ojo al detalle de la fuente junto al puente, con un pequeño mapa relativo al nudo de carreteras
En sus pilares se está llevando a cabo en este momento una profunda restauración.
De Tordesillas en adelante la autovía A-11 discurre en paralelo a la N-122 como alternativa de alta capacidad. En ambos casos hablamos de largos tramos rectilíneos y una intensidad de tráfico bastante baja. Llegamos al kilómetro 400.
Poco más adelante hallamos el límite provincial. Según indica este hito tipo Pardo entramos en Zamora.
TORO
Conocido por sus vinos Denominación de Origen y por su enorme patrimonio cultural e histórico, pues no en vano llegó a ser sede Real y de Cortes en el medievo, recibe su nombre del verraco de posible origen vetón hallado en las inmediaciones de la ciudad. No busquéis el animal que vemos en esta fotografía de 2014 y que antes recibía a los visitantes en la entrada este de la localidad, hoy en día ha sido sustituido por unas impersonales barricas, habiéndose reubicado el bovino en la plaza de San Agustín, frente al Alcázar de Toro, tal y como nos comenta Iván a través de los comentarios.
En la fotografía vemos el Hostal Doña Elvira, lugar de parada del autobús de línea y que actualmente ha cerrado. Personalmente, recuerdo el bullicio del lugar y la efervescencia de este establecimiento hostelero con la llegada de los viajeros. Tiempos pasados.
En la travesía de la N-122, talleres mecánicos para auxiliar al conductor, algunos abiertos, otros cerrados como el Doña Elvira.
Merece bajar a la vega del Duero y visitar su interesante puente de piedra, recientemente restaurado.
ÁREA CORESES
Conducimos ahora en dirección a la cercana ciudad de Zamora, pero algo nos llama la atención poco antes del cruce a Coreses. Se trata de un pequeño área de descanso en el cual se han instalado varios hitos con un fin ornamental. Vemos dos miriamétricos tipo Manuel Pardo y un hito triangular según normativa del Circuito Nacional de Firmes Especiales.
ZAMORA
Si hablábamos de Soria como ciudad tranquila, lo mismo podemos decir de Zamora, la "bien cercada" dado el asentamiento de su casco antiguo en torno a una peña sobre el Duero. Poco más se puede añadir al amplio bagaje cultural de Zamora, desde lo material, como su catedral, a lo inmaterial, como su Semana Santa.
El Duero discurre tranquilo junto a la catedral de Zamora en esta tarde de verano, junto a él encontramos restos de las pilas del puente romano.
Aguas arriba el protagonista es el soberbio puente de piedra, datado en el siglo XIII, antigua vía de paso de la Ruta de la Plata y hasta recientes fechas abierto al tráfico rodado. Disponía de dos torres en sus extremos, eliminadas a principios del siglo XX para favorecer el tránsito.
Viejas aceñas, afortunadamente conservadas y restauradas.
Entrada de la Catedral.
Viejo y ya inexistente testigo del paso de la N-630 Gijón-Sevilla por Zamora, que al igual que Soria, se ha visto maltratada en cuanto a comunicaciones por carretera. No obstante, la situación ha mejorado notablemente en los últimos años. A la conexión con la A-6 vía Tordesillas se suma desde fechas más recientes la unión con León y Salamanca mediante nuevas vías de alta capacidad.
La Plaza Mayor en época navideña.
En Tarazona veíamos cómo los aficionados a los vehículos clásicos, entre los cuales me cuento, aprovechaban la pintoresca plaza de toros para reunirse. La plaza mayor zamorana es lugar de reunión anual de los aficionados al 2CV y derivados, contando entre sus asistentes con compañeros portugueses dada la cercanía.
ÁREA ZAMORA
A las afueras de la ciudad, en el nudo de enlace entre la variante de la N-630 y la autonómica CL-605, encontramos un pequeño museo caminero al aire libre, compuesto por hitos tipo Pardo, CNFE y Peña, además de algo de maquinaria. Este lugar es fácilmente accesible por los caminos de servicio colindantes a la CL-605, no ocurre lo mismo con los hitos que vemos al otro lado de la N-630, a los cuáles no hay acceso ni lugar de aparcamiento.
Salimos de Zamora por la A-11, autovía del Duero, que en el entorno de la ciudad es un breve tramo que se desgaja de la A-66 y tras cerca de 4 kilómetros se torna nuevamente carretera convencional.
FUENTE DE LA SALUD
Hacemos una pequeña parada en la "Fuente de la Salud", ubicada en un antiguo tramo reconvertido hoy en área de descanso y recuperado del abandono en 2016 por parte del Ministerio de Fomento.
Ojo a estos restos, parece la base de un hito de tipo triangular que por su tamaño podría pertenecer a un hito del Circuito Nacional de Firmes Especiales.
EMBALSE DE RICOBAYO
Nos desviamos hacia Muelas del Pan y Ricobayo, pueblo este último que da nombre a la presa del embalse del Esla. Su travesía se denomina hoy N-122a, al existir variante de carretera que evita el paso por la localidad.
Este año el nivel de agua es bueno y este pequeño "mar interior" se halla en calma. Aún así, jamás hay que bañarse en las inmediaciones de las instalaciones hidráulicas, tal y como recuerda esta vieja señalización.
Al buen carretero no se le habrá pasado por alto el hito RIGE (Red de Interés General del Estado), lo vemos con más detalle.
A uno y otro lado, y en ambos casos bastante envejecidos.
La vieja N-122, rebautizada como N-122a tras la construcción de la variante, discurre por la coronación de la presa. Aguas abajo, la corriente sigue su camino en busca del Océano Atlántico.
SALTO DE CASTRO
Entre Fonfría y Fornillos de Aliste hacemos una parada en este viaje por la N-122 y traigo a los lectores un pequeño off-topic, la visita al poblado de Salto de Castro. Hallándose este lugar tan cerca de la N-122, no pude resistirme a incluirlo en este reportaje. Supe de su existencia en fechas recientes, gracias a Oliver y su blog sobre urbex, así que rápidamente programé una visita a Salto de Castro para la próxima vez que anduviese por la zona. Desgraciadamente, confirmé lo que supuse que iba a encontrar, un lugar que habiendo sido de gran belleza en buena parte gracias a la cercanía al Duero y su entorno natural, se encontraba totalmente dañado por la lacra del vandalismo.
Este poblado se levantó a finales de los años 40 por la hidroeléctrica Iberduero para acoger a los trabajadores de la presa del Salto de Castro. Al igual que en otros casos cercanos como Aldeadávila o Saucelle, el poblado se levantó con vocación de perdurar en el tiempo, ya que una vez que los obreros abandonasen el lugar al concluir la obra, debía quedar una población estable a cargo de las tareas de control y explotación de la central hidroeléctrica. Para ello se dotó a este enclave de iglesia, cuartel de la Guardia Civil y hasta hospedería, así como de viviendas de tipo más noble, instalaciones deportivas y unos talleres mecánicos a la entrada del poblado.
He de reconocer que la idea principal de acercarme hasta este lugar era la de documentar algún elemento antiguo de carretera como las vallas de las siguientes fotografías o antigua señalización que aparece en Maps pero que ha sido retirada o sustraída. Además de esto, tal y como comentaba en el reportaje sobre los pueblos de Colonización, también soy aficionado a obra civil de diverso tipo, con una especial querencia por embalses y construcciones relacionadas, por lo que la visita a este lugar se tornaba aún más atrayente. La guinda la ponía un entorno siempre espectacular como es el de los Arribes del Duero.
Si bien el urbex no se encuentra entre mis aficiones favoritas, y reconozco cierto pudor por entrar en lugares abandonados, una vez allí no puedo resistirme a explorar brevemente alguna de estas edificaciones.
La destrucción está presente por todas partes. Puertas, ventanas, mobiliario, nada se resiste a la turba vandalizadora.
Tampoco podía irme sin visitar la iglesia, de arquitectura muy similar al resto de construcciones del poblado y de un estilo muy en boga por aquella época. Pese a los daños infringidos a las diferentes dependencias y el robo de todo lo que no esté firmemente adherido a la pared, el interior aún se mantiene en buen estado.
Más de lo mismo en el exterior, los amigos del spray también la han tomado con los muros. El diario La Opinión de Zamora ya denunciaba en 2011 el estado de estas instalaciones, sorprende ver el muy relativo "buen" estado de la iglesia entonces, que aún conservaba el púlpito de hierro.
Desde la puerta de la iglesia apreciamos una serie de viviendas construidas de manera muy singular, en diente de sierra.
Aparentan ser viviendas de mayor nivel, quizá destinadas a trabajadores de Iberduero de cierto rango.
Bajamos hasta la plaza principal del poblado, donde aún queda una fuente de piedra en pie, evidentemente sin agua.
Emprendemos el camino de vuelta a la N-122.
Salto de Castro se abandonó en 1989. Ahí comenzó un inexorable declive que lo ha llevado a ser la ruina que es ahora. Ha tenido proyectos de restauración, hubo vecinos de pueblos cercanos interesados en adquirir alguna de sus viviendas e incluso proyecto de transformación en hotel, pero quien sabe si por desidia administrativa o por pura dejadez, nada de ello se llevó a cabo y hoy todo el entorno sigue un imparable camino de destrucción y pérdida. Una pena.
Una vez en la N-122 retomamos dirección a Portugal, atravesamos Alcañices, capital de la comarca zamorana de Aliste y en pocos kilómetros llegamos a nuestra última parada en tierras españolas.
FRONTERA PORTUGUESA
Llegamos ya al final de nuestra N-122, exactamente al kilómetro 538, donde cede el testigo a la portuguesa N218, que utilizaremos para adentrarnos en carreteras lusitanas.
El viejo edificio de la Aduana permanece cerrado hoy, gracias a la libre circulación de personas por todo el territorio europeo. Eso no ha sido así en fechas recientes, debido a esta crisis sanitaria en la que estamos inmersos y de la cual solo puedo solidarizarme con los lectores, seguro que muchos de ellos afectados de una u otra manera. Ánimo, pues tarde o temprano saldremos de esta.
Atrás dejamos provincia, comunidad y país, nos encaminamos a cruzar el puente sobre el río Manzanas para entrar en Portugal.
A mitad de camino encontramos este elemento metálico a modo de divisor entre países. Aún se puede ver en Google Street View un estandarte muy similar constituido por las banderas de ambos países, situado en el pretil opuesto y desaparecido hoy.
Placas en castellano y portugués, testigo del hermanamiento entre peregrinos españoles y portugueses.
Cambiamos de país.
Nos recibe un típico hito portugués. Similares a este se encuentran con suma facilidad a lo largo y ancho del país. Ya podíamos tomar nota.
Una placa conmemorativa situada junto al edificio administrativo aduanero en suelo portugués, y junto a él una viaje casa de Cantoneiros.
RECORRIENDO PORTUGAL POR LA N218 HASTA BRAGANÇA
Hagamos unos kilómetros por las carreteras portuguesas. De este pequeño gran país habría mucho y bueno que decir, pero limitándonos a nuestra temática, daremos comienzo a nuestra ruta junto a este curioso kilómetro cero de la N218-1, ramal que una la N218 con la frontera española.
Muy cerca del kilómetro cero encontramos un hito similar al del puente fronterizo, al que se le ha aplicado una capa de pintura tapando las anteriores indicadores de distancias, talladas en la piedra. Este concretamente reflejaba en su momento la distancia a la vecina Vimioso. En otras carreteras estos hitos mantienen las inscripciones a la vista, inscripciones que necesitan tener su pintura en el mejor de los estados, ya que si no son prácticamente ilegibles a nada que se circule a cierta velocidad.
Entre Milhão y Gimonde la carretera se torna revirada y hacen acto de presencia unas vallas de contención con mallazo muy similares a las que implantó en España la Instrucción de Carreteras de 1939 y de las cuales aún quedan ejemplos, como hemos visto en Salto de Castro.
Al fondo vemos nuestro destino, Bragança, capital de la región de Trás-os-Montes, señalizada por otro elemento típico de las carreteras de este país, las señales de hormigón.
Llegamos al final del viaje, frente al castillo de la histórica Bragança y con la satisfacción del objetivo cumplido.
Hasta aquí este recorrido por una extensa N-122, realizado a lo largo de cientos de kilómetros y de fotografías de archivo de diferentes épocas, fruto de muchos viajes realizados por ella. Seguramente me haya dejado en el tintero multitud de lugares a pie de carretera dignos de visitar. Que me perdonen los oriundos de cada uno de esos lugares, incluso los de aquellos que he mencionado y en los que a buen seguro me he dejado mucho que relatar. Afortunadamente, Blogger permite ampliar o modificar las entradas del blog, por lo que quien sabe, aún puede evolucionar mucho este reportaje de un viaje enriquecedor por una carretera espectacular.